El PVC, también conocido como el Policloruro de Vinilo, pertenece a la familia de los termoplásticos.
Es un polímero que se obtiene a través de la unión de dos materias primas, la sal (el cloruro de sodio) junto con el petróleo o el gas natural.
Las alfombras pueden estar fabricadas al 100% con PVC o pueden ser de otro material y tener el soporte hecho de PVC.
Dicho material no es un conductor término ni eléctrico, ya que es un material aislante. Además, es resistente al agua y un gran amortiguador de las ondas sonoras (ayuda a amortiguar el ruido).
Las alfombras, que son 100% de PVC, son resistentes al aplastamiento y al desgaste. Son muy resistentes al agua y sus colores son sólidos. También, destacan porque son muy fáciles de limpiar.
Dada su resistencia, se puede utilizar tanto en exteriores como en interiores.
Las alfombras con base de fieltro son adecuadas para las superficies que sean más delicadas, como por ejemplo un suelo de barniz. Si se colocase una alfombra que tuviese una base más dura, esta podría dañar el barniz y la reparación del mismo podría ser cara.
En cambio, es más conveniente utilizar una alfombra con base de PVC o de caucho en las estancias de la casa donde haya más tránsito. Este material resiste a la humedad y conservará su aspecto original durante mucho tiempo.
Las alfombras con base de fibras naturales con el yute, es mejor evitar colocarlas en las zonas por donde pase mucha gente, ya que su limpieza no es fácil. Para limpiarlas, hay que hacerlo en seco y hay que tener mucho cuidado para no estropearlas.
Para las habitaciones de los niños, las alfombras con base sintética son muy prácticas, dado que son fáciles de limpiar, son suaves y muy bonitas. Además, no tienen alérgenos.