A la hora de ir a comprar una alfombra, es muy importante tener en cuenta no solo el estilo de alfombra que queremos, sino también, la medida.
La medida es un factor muy importante, dado que para colocarla en una estancia de tu casa, tienes que saber cuánto mide el espacio donde quieras poner la alfombra.
Existen muchas formas de colocar una alfombra, aquí te dejamos algunos ejemplos.
Según el tamaño del dormitorio, la alfombra puede colocarse al pie, en el lateral o debajo de la cama. Si el tamaño del dormitorio lo permite, puedes colocarla a lo largo y ancho de la habitación, la puedes usar para delimitar una zona de juegos en la habitación de los más pequeños de la casa.
Son perfectas para los dormitorios pequeños. El tamaño de estas alfombras hacen que ésta sea muy versátil y que la puedas colocar tanto a pie de cama como en un lateral de la misma.
Al lado de la cama es un sitio que se agradece en el que esté, dado que será lo primero que pisemos nada más despertarnos.
A los peques de la casa les encantará tener un sitio en su habitación para jugar en el suelo o para leer cómodamente.
Puedes aprovechar el espacio que tengas libre para añadir una alfombra y conseguir de esta manera hacer de la estancia una zona más cómoda y cálida.
Cada casa es un mundo y por eso podemos encontrarnos con salones pequeños, medianos o de gran tamaño. A continuación te enseñamos dónde colocar la alfombra en función del espacio disponible.
Si tu sala de estar es pequeña, lo ideal es dejar un pequeño espacio entre los muebles y la alfombra, ya que dará la sensación de una mayor amplitud. La medida de la alfombra tiene que ser acorde al tamaño del sofá, ni más larga ni más corta.
En este caso, la alfombra tiene que ser un poco más ancha que el sofá.
Las alfombras que cubran una gran parte de la superficie serían las indicadas para este tipo de salones.
Las primeras impresiones siempre son muy importantes, por lo que hay que tener en cuenta qué impresión queremos dar a nuestros invitados una vez pasen por la puerta del umbral.
Tener una alfombra en la entrada de la casa que sea acorde con el estilo que le hemos dado al resto de la decoración, conseguirá transmitir a nuestros familiares y/o amigos la personalidad que le hemos otorgado a nuestro hogar.
Teniendo esto en cuenta, el tamaño también es importante, ya que hará que nuestro recibidor se vea de una forma o de otra. Si elegimos una alfombra demasiado pequeña, el espacio quedaría un poco inutilizado.
El recibidor es una zona muy transitada, por lo que, si quieres evitar que la alfombra se manche constantemente, es mejor colocarla cerca de la puerta, pero dejando algo de margen. También, la puedes colocar en uno de los laterales de la estancia.
Esta es una de las zonas de la casa que más tránsito tiene.
La alfombra tiene que ser un poco más estrecha que el propio pasillo, es decir, tiene que haber un pequeño espacio entre la pared y la alfombra.
Puede darse el caso de que para este tipo de pasillos necesites colocar más de una alfombra. Colocar, por ejemplo, dos alfombras dejando un espacio entre ellas conseguirá dar la sensación de que el pasillo sea más corto.
La alfombra tiene que colocarse para evitar que nos resbalemos en caso de que se nos derrame algún líquido. Esto nos proporcionará una mayor seguridad y tranquilidad a la hora de cocinar.
Ideales para mantener los pies calientes al salir de la ducha o bañera sin mojar el suelo, evitando de esto modo posibles caídas. Por lo que, su tamaño tiene que ser igual al ancho o al lago de la ducha o bañera.